sábado, 15 de marzo de 2008

Patadas al lenguaje

"Yo estudio chino, es el lenguaje de negocios del futuro".
"Yo soy bilingüe en inglés, si hoy en día no dominas esta lengua no vas a ningún sitio".
"Yo he aprendido a hablar en binario, es que soy un freaky".

Es increíble el interés que pone la gente en aprender otros idiomas y el poco interés que pone en aprender el idioma materno, el autóctono, el que mejor debes conocer si quieres comunicarte con los que te rodean.
El significado que la Real Academia Española da a la palabra "insociable" es: Huraño o intratable, o que no tiene condiciones para el trato social.
Bien, pues es curioso con qué facilidad la gente puede tacharte de insociable porque no te guste comunicarte demasiado con otras personas (huraño o intratable) cuando hay gente que es insociable porque es incapaz de hacerlo, verbalmente hablando (no tiene condiciones para el trato social).
Por algún misterioso motivo, cuando se le enseñaron las normas de conducta en sociedad a los seres humanos (a algunos, otros aún están descubriéndolas o ni eso) olvidaron recalcar la de el buen uso del lenguaje.

Tenemos un grupo numeroso al que es imposible entenderlos, sencillamente porque deciden obviar letras en sus palabras: ¿ignorancia?, ¿economía del lenguaje?, ¿pereza?. Desconozco el motivo exacto, pero sé que es difícil comprender lo que dicen. "Vocaliza... ¿quieres vocalizar, no te entiendo?" La acusadora frase no es mía, si no de Willy Wonka.

Es fascinante cómo mucha gente decide castigar nuestro diccionario con palabras inventadas y mal escritas, o cómo la falta de interés en ellos les hace obligarte a escuchar frases como: "bueno, qué más da, eso es un detalle sin importancia", como contestación a tu frase: "La palabra confirmación lleva tilde, y por cierto sí, se confirma, sin tilde, que eres un analfabeto" (esa coletilla te la callas, aún sabiendo que eso afectará a tu úlcera en el futuro).

Y es que puede que no todo el mundo lo entienda, pero de verdad que el mal uso del lenguaje arruina la comunicación entre los seres humanos.
Pensad por un momento en la diferencia que hay entre este titular:

Detenidos los sicarios del cartel de Cali
Detenidos los sicarios del cártel de Cali

El primer titular sin duda despertaría más curiosidad en mi: ¿qué coño habrán hecho los sicarios con el cartel para que les detengan? (olvidándonos del pequeño detalle de que sean sicarios).

Pero ahora imagina que lees un e-mail de un amigo en el que te dice:

"por cierto, ¿sabes que estoy estudiando ingles?"

Paco, por dios, ¡ponle la tilde al idioma que estudias o no podré quitarme la imagen de mi cabeza nunca más!

Realmente no me parecería tan descabellado que una persona que haya estudiado una carrera y sea al menos mayor de 23 años reciba una multita cada vez que comete una falta de ortografía, al menos de grado 1: tildes en agudas, b/v, dequeísmo, etc.

Señores, si creen que esta medida es injusta, intenten imaginar lo injusta que será la sentencia para alguien a quién acusen de estar implicado en un cártel frente a estarlo sólo en un cartel.

Este post está dedicado a alguien que nunca se ha olvidado de una tilde.

11 comentarios:

Vacadechernobil dijo...

Excelente. Brillante. Magnífico.

Anónimo dijo...

En pleno auge de las comunicaciones, no deja de crecer el número de personas que se encuentran solas y se sientan al teclado del ordenador para transmitir su angustia, su incertidumbre, su silencio, sin saber quien diablos lo va a leer, incluso con el riesgo de que nadie le ponga la vista encima a lo que haya contado, con lo cual tendría que sentirse como un náufrago que pidiese ayuda lanzando las bengalas en la bodega del barco. Hemos creado un mundo sin distancias en el que se da la paradoja de que muchos de los caminos solo nos conducen a la más terrible incomunicación. La industria del automóvil pone en el mercado los coches más rápidos y también los más seguros de la historia, pero la industria legislativa se encarga de prohibir que corran, con lo cual resulta que hemos empleado cien largos de años de investigación y tecnología para estar en condiciones de que nuestros coches no superen en algunas carreteras la velocidad que desde la noche de los tiempos alcanzan los caballos, que no tienen cigüeñal, carecen de parabrisas para las multas y no gastan neumáticos. Algo parecido ocurre con el correo electrónico y con el dichoso chateo de Internet. Muchos amigos míos dejaron de salir porque prefieren comunicarse por ordenador. Dicen que es más fácil ser sincero por Internet que cara a cara. Yo escribo cada día en el ordenador, pero nunca me escribí por Internet con un particular. Prefiero la cercanía física. No hay un solo ordenador que permita percibir el olor de una persona a través de lo que escriba. Puedo sentirme atraído por cualquier mujer que comparte menos del cincuenta por ciento de sus genes con Primo Carnera o con Fermín Cacho, pero no podría enamorarme de una mujer que se llamase "pepa.arroba.net" cuyo corazón me prometiese el enorme porvenir emocional que quepa en un "jiga", "giga", "higa", o como quiera que se llame esa cibernética y fría sensación de amplitud, de memoria o de que lo que sea. Hay tipos que tienen un lío de faldas en el ciberespacio con una señora -o un señor, vaya usted a saber- que vive en Missula-Montana, sin la menor posibilidad de contacto físico inmediato, como si se amasan por el tarot. Yo no podría tener un lío de faldas con una señora de la que no pueda comprobar personalmente lo mucho que le repite el ajo o lo bien que le sientan al salir de la ducha las camisas de su marido. Soy víctima de cierto estado de permanente y calculada incomunicación, pero puedo resolverlo asomándome al balcón de casa o pasando por un “after-hours” un sitio en el que las mujeres, cuando bailas con ellas, son como las ves y como las hueles, porque están allí, sus pies entre los tuyos, mientras suena una de esas cosas de Tom Jobim en las que todavía el mar de Ipanena no estaba informatizado. Naturalmente, no me queda más remedio que aceptar las realidad de las nuevas tecnologías y los cambios que ello le supone a las relaciones sociales. Pero no me rindo. No claudico. Escribo un poco a ciegas, sin saber quien es la persona que me lee, pero siempre que puedo, le pido a cualquier amiga que me lea un párrafo, un simple párrafo, mientras veo como ocurre el papel en sus manos y el corazón en sus ojos. Después es probable que estalle una discusión y que las tengamos tiesas entre nosotros. No importa. Incluso el riego de fracasar es un riesgo interesante cuando alguien te planta con descaro, como hacen las mujeres tangibles y eternas, las de siempre, las mujeres a las que el orgullo, la soberbia o la vanidad, les enseñaron que ignorar el "chat" de un hombre no es nada satisfactorio comparado con el inefable placer de despedirlo con un portazo en las narices. Será que estoy anticuado, pero yo todavía me comunico con las mujeres aprovechando, como si fuese fibra óptica, el ir y venir del barman, mientras al otro lado del tabique ovula a tocateja la cisterna del retrete...

Anónimo dijo...

A mí me parece un poco triste que algunos me pregunten, entre curiosos y sorprendidos, por qué escribo los SMS con todas las letras y signos de puntuación. Y eso que el móvil Nokia elimina los acentos que pongo.
También me molesta que mucha gente, a veces incluso de más de treinta años de edad, considere "de abuelo" o "de señor mayor" hablar con un vocabulario de más de 200 palabras. Al parecer, lo joven, lo marchoso y "cool" (vaya concepto) es utilizar a todas horas la palabra "mazo" como adverbio de cantidad ("me rallo mazo") o la palabra "movida" para sustituir a otros 500 vocablos del diccionario ("estoy terminando ya esta movida", "deja ya la movida", "me molan mazo esas movidas").
Me temo que el modelo de juventud que se nos impone es el que representa Dani Martín (el de El Canto del Loco) ¿Por qué hay gente que se empeña en imponer la analogía juventud=oligofrenia?

Yo Detesto dijo...

M dcpcionas Hans, ¿no t mola mazo Dani Martín? q poco cool!!! ;)

Anónimo dijo...

Recuerdo que en la Facultad (uys, qué tiempos aquellos) tenía un profesor que te suspendía automáticamente el examen si encontraba tres (o más) faltas de ortografía.

En su momento me parecía una medida un tanto exagerada pero viendo cómo está el patio ahora ...

Anónimo dijo...

Por cierto, debería un buen día comentar algo sobre toda esa gente que utiliza una suerte de spanglish para el lenguaje diario.

Esto es especialmente hiriente en el entorno de la red con términos como cliquea en el link o monetiza tu blog. Sic ...

Yo Detesto dijo...

Siii, sé de qué me hablas neimar, gracias por la sugerencia, la tendré muy presente :)

Anónimo dijo...

Para empezar, mi sincera enhorabuena por tu blog, se lee muy bien, no sabía que supieras escribir tan bien y tuvieras este ácido sentido del humor.
Pero debo citar un par de frases tuyas que vienen a cuento con este post:

"no se me ocurre ninguno ahora mismo, tengo entendido que haberlos hailos"
Haylos, haberlos, haylos.

"También te los encuentras en los pasillos del supermercado y nunca son conscientes de que te impercuden"
Me encantó el nuevo vocablo "impercuden", como tercera persona del plural del verbo impercudir, tendremos que hablar con Víctor García de la Concha para que la incluya en su librito, o con María Moliner.

A pesar de todo, reitero mi enhorabuena, has conseguido que añada este enlace a mi lista de favoritos.
Abrazos

Yo Detesto dijo...

Rolando, bienvenido al blog!!
Me alegra que a ti también te guste el vocablo "impercudir", es realmente útil para que nadie te entienda, jajajaja, a decir verdad es: percudir.
Mi post hablaba del poco interés que tiene la gente en aprender a hablar y escribir bien. Como ese no es mi caso y no querría encontrarme con fallos ortográficos tipo: "queréis" o "podéis" sin tilde, en breve corregiré ambas faltas :)

Calma dijo...

Sólo el miedo a cometer algún fallo me obligará a reducir al máximo este comentario ¿Sabes Poison? Pero creo que tu inquietud es la de muchos.

Por cierto coincido con la vacadechernobil en la calificación de este pequeño trabajo.

Anónimo dijo...

Deberías recuperarlo porque la humanidad es cada día más detestable