domingo, 6 de enero de 2008

Ombrofóbicos: armados y peligrosos

Le comentaba el otro día a un par de compañeros lo increíble que me resulta el hecho de poder comunicarnos desde España con alguien que se encuentra por ejemplo en Kazajstan con un sólo click, o poder conectarte a Internet desde la cima del Everest, o poder crear una copia genética idéntica de otro organismo y, sin embargo, seguir usando un trozo de tela unida a un palo para guarecernos de la lluvia.

Porque el paraguas, es de los pocos inventos que no ha evolucionado. Han cambiado su diseño, algunos llevan un botón con el que se abre automáticamente, los hay grandes, los hay de bolsillo (es una forma de llamarlo porque no hay bolsillo de ese tamaño), Burberrys le puso sus cuadritos, Benetton sus colorines, pero lo mires como lo mires, sigue siendo un trozo de tela con palo.

Este trozo de tela cuya única misión es evitar que "parte" de la lluvia entre en contacto con tu cuerpo, tiene más inconvenientes que beneficios. Muy bien mientras está abierto, pero cuando lo cierras, obviamente está mojado, y no sabes donde dejarlo, lo empapa todo, no puedes guardarlo en un bolso, el resto del día estás cargando con él aunque haga un sol radiante, se te olvida en la oficina y claro al día siguiente llueve y no lo tienes...


Yo nunca uso paraguas salvo que sea estríctamente necesario. Me dan miedo los paraguas. Es así, vivo con ese terror desde hace ya muchos años. Bueno, realmente lo que me da miedo no son los paraguas en sí mismos, si no la gente que hace uso de ellos. Y son muchos, muchos los usuarios de paraguas, y es que es caer una gota de lluvia del cielo, y la humanidad entra en crisis. Es increíble que la gente beba agua, la gente use agua para lavarse, es decir; convivimos con el agua. El agua es nuestra amiga, no nuestra enemiga, pero si a la gente le cae una gota de lluvia en la cara, ala, a sacar el paraguas.

Porque el problema más grave de toda esta paranoia no es que usen un paraguas, yo alguna vez por necesidad y para evitar llegar en canoa a mi casa también he tenido que utilizarlo, el problema es que no saben usarlo. Mira que el funcionamiento de un paraguas es sencillo, pues la gente se empeña en usarlo como arma.
He aquí el usuario más peligroso con un paraguas en la mano: la señora mayor y bajita.
No sólo camina por la calle a velocidad de caracol, si no que siempre consigue meterte el paraguas en los ojos, ¡aunque la esquives!, es un hecho comprobado.
La gente cuando lleva un paraguas no controla sus movimientos: se gira, se para en seco, corre, ... sí, son movimientos habituales del ser humano, pero no si llevas un paraguas en la mano. Porque cuando alguien se da la vuelta de golpe con un paraguas, debería ser consciente de que alguien puede estar en ese momento detrás. Pero seamos sinceros, tampoco les importa, lo único que les importa es que el agua no les toque, no sea que les haga daño.
Un claro ejemplo de este pánico que provoca la lluvia en el ser humano es el de el comportamiento de la gente cuando empieza a llover de golpe y no llevan paraguas, empiezan a correr histéricos por la calle a buscar un tejado, se acumulan grupos de personas bajo los portales con risa histérica mientras miran al cielo, esperando que los dioses dejen de castigarles y puedan continuar con sus vidas. Francamente espero que no monten ese espectáculo cada vez que abren el grifo de la ducha, porque a ver, es agua, ¡sólo agua! Y, señores, no se asusten les voy a decir un secreto que puede cambiar sus vidas, su cuerpo está compuesto por un 66% de agua...¿se encuentran bien o necesitan un paraguas?

4 comentarios:

smile dijo...

EL paraguas es la alternativa a la horrible capucha. Es el bastón capaz de hacer una isla. Es quién hace que mojarte sea una afición solitaria: fuera paraguas y toda la lluvia para ti. Y, es más, es la pértiga magnífica para tirarte sobre los charcos con impulso.

Yo Detesto dijo...

Amig@,te recomiendo ver El Mago de Oz, te gustará, aunque seguro que está entre tus pelis favoritas...

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, compi. Donde esté una buena capucha q se quiten los ajquerosos paraguas que no son más q un estorbo para el pesonal civilizado.
Eso sí, también tengo q decir a su favor, q una bonita escena llena de romanticismo es aquella donde la pareja se resguarda, bien arrejuntada, de una tormenta torrencial bajo ese odioso trozo de tela.
Todas las cosas tienen su lado positivo (en este caso, además, tb romántico), jejeje.
Talugooooo

Anónimo dijo...

Por cierto, soy Helechitos, o ChingaHook, q también me sirve ;-)
Talugooo